En este editorial, César Vidal traza un paralelismo entre el mensaje profético de Ezequiel —quien anunció la destrucción del reino de Judá por su corrupción moral y su alejamiento de los principios divinos— y la deriva ética de la sociedad actual, simbolizada en la transformación de Tel Aviv en la “capital homosexual del Mediterráneo”.
Vidal repasa la trayectoria del alcalde Ron Huldai, artífice de la promoción del orgullo gay en Israel y de la conversión de Tel Aviv en un referente mundial del activismo LGTB, con apoyo institucional y grandes inversiones públicas. A partir de estos hechos, el Dr. Vidal reflexiona sobre la diferencia entre judaísmo y sionismo, subrayando que el primero se basa en fundamentos morales bíblicos, mientras que el segundo es un movimiento político nacionalista que, según él, ha abrazado intereses globalistas e ideologías contrarias a esos principios.
El editorial advierte sobre las consecuencias históricas y espirituales de una sociedad que, como en los tiempos del profeta Ezequiel, abandona la justicia, la compasión y la moralidad, ensalzando conductas que la Biblia define como abominables. Concluye recordando que, sin arrepentimiento, el juicio divino resulta inevitable, e invita a los oyentes a mantenerse firmes ante la corrupción moral y política de los poderosos.
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