César Vidal y Cristina Seguí dedican La Mafia Feminista de hoy a los dos cónclaves orgiásticos de la secta cultureta-Woke, los premios Goya y los Oscars del próximo mes de marzo que, al contrario que sus películas, han dejado material imborrable para la posteridad.

Ambas ceremonias son un aviso a navegantes. Una acción ejemplarizante. Una llamada de atención a todo aquel que, a través de la vida privada, la empresa, o su actividad social ordinaria pretenda ser disidente de la ideología de género, el movimiento aborigenista, climatista, o pro inmigración ilegal. Si quiere ser usted aceptado como actor válido de la vida pública, si quiere ser funcional, así es como tiene usted que pensar, y si disiente: disimule y cállese o dejará de ser contratado y aceptado. La buena noticia es que la caída de la industria cinematográfica woke parece parece no tener suelo y no para de caer en picado.

Ningún ser humano normal quiere gastar un centavo en ver los cónclaves de las grandes empresas que le dicen a más de la mitad del país que se vaya al infierno, y que es homófoba y racista, aunque los jefazos de la industria sigan haciéndolo de todos modos. ¿Qué o quienes les han apuntalado con dinero público mientras alientan la destrucción de Occidente y de Estados Unidos?