Si algo he aprendido, es que ni siquiera los intelectuales escapan del fanatismo y dogmatismo. Algunos lo serán en temas políticos, otros en económicos, otros en lo religioso,o algún otro tópico. Huerta de Soto es un claro ejemplo de esto. Aunque reconoce los errores irremediables y perversiones de la Institución Romana, aún así continúa reivindicándola y considerándose orgullosamente católico, y con este fin retuerce de manera INCREÍBLE la realidad. Lo peor de todo es que yo creo que lo hace sin intención, es decir, por ignorancia. La gran mayoría de católicos tienen un gran problema, y es que desconocen casi por completo el magisterio de su propia institución; o en su defecto, no entienden en absoluto lo que significa y conlleva ser católico.
Lo mismo le sucede a muchísimas otras figuras como por ejemplo a Agustín Laje. Huerta de Soto al parecer no tiene ni idea de que prácticamente TODOS sus pensamientos y posturas, son total y diametralmente opuestas a las de la oficialidad de la Institución Romana, es decir al magisterio y la Doctrina Social de la Iglesia. Incluso los mismos apologistas católicos (aquellos que SÍ conocen el magisterio y la Doctrina Social al derecho y al revés) son los que exponen los absurdos y contradicciones desde el punto de vista católico de estas figuras como Huerta de Soto, Laje, etc. Y ellos de manera ingenua siguen viviendo en una contradicción ideológica IRREMEDIABLE.